La Biblioteca de la Villa de Candelaria
Esta semana visitaba un lugar muy especial para mi, pues he pasado muchísimas horas estudiando, haciendo trabajos, haciendo talleres y mirando libros. Esta sección debía comenzar con la Biblioteca de la Villa de Candelaria. Allí pasé un ratito charlando con su bibliotecaria Toñi Guanche.
La Biblioteca de la Villa abrió sus puertas el 9 de abril de 1976, hace ya 45 años. Toñi lleva trabajando desde 1998. Me contaba que su trabajo había sido un sueño hecho realidad. Iba paseando con marido por la Plaza del Cid y le dijo, ¿te imaginas que hicieran aquí una biblioteca y que yo trabajara en ella? Y al año, ocurrió.
A Toñi le encanta su trabajo, le gusta atender al público, seleccionar libros y todo lo que conlleva ser una amante de los libros. Yo quise saber según su opinión los tres requisitos para ser bibliotecaria. Ella me contestó, tener curiosidad, que te gusten los libros, que te guste la gente y sobre todo la capacidad de organización.
Una pregunta que le hice fue: ¿Qué tiene de especial esta biblioteca?
Los usuarios que tenemos, aquí hay hábito por la biblioteca. Vienen a leer el periódico, a coger un libro, estudiar, a vernos, porque se crea como una pequeña familia.
En la biblioteca de Candelaria hay aproximadamente 17000 libros. Tienen de todos los perfiles de usuarios; trabajadores, estudiantes, opositores, niños, jubilados. Hay muchas personas que vienen por sentirse parte de algo.
El género que más se lee, es la novela de todo tipo.
La receta para incentivar la lectura de esta biblioteca es tener un buen fondo bibliográfico, libertad y comodidad para moverte en un entorno agradable. Y por supuesto actividades de animación a la lectura.
Una pregunta que siempre nos hacemos y hacemos a quienes se dedican al mundo literario, es si los libros digitales están cambiando el mercado y el de la biblioteca. Toñi, me dice que no, que ha cambiado el mercado, que siguen viniendo por libros y que a través de la plataforma que tiene las bibliotecas, también los usuarios curiosean.
Comentamos el tema más recurrido desde hace un año, la pandemia. Quise saber como había afectado a la biblioteca. Me comentaba que ahora los movimientos están más limitados por el aforo y para la gente. Antes había gente que venía cada 15 días y ahora vienen al mes y se llevan 3 o 4 libros. El ambiente se ha entristecido. Ojalá vuelva todo a la normalidad, era su deseo.
Le pedí que me contara alguna anécdota, me decía que podría contarme muchísimas, graciosas y otras no tanto. Pero lo que más le llamaba la atención es que siempre había alguien que era parte de la biblioteca y la biblioteca de esa persona.
Por último le propuse que nos recomendara algún libro y estas fueron sus propuestas:
-Los desorientados de Amin Maalouf.
-El callejón de los milagros de Naguib Mahfuz.
-La insoportable levedad del ser de Milan Kundera.
Pasé un rato muy agradable hablando de la vida de la biblioteca, de sus usuarios y de la magia que hacen los libros.
Agradecer su buena disposición a la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Candelaria.
Por último y más importante, darle las gracias a Toñi Guanche, por dedicarme ese ratito, por ser una persona de las que es difícil olvidar. Por ser tan amable, por hablar con tanta pasión de los libros, de las personas y hacerlo con una sonrisa. Gracias por todo.
No olviden visitar la Biblioteca de la Villa de Candelaria. Se sentirán como en casa.
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